viernes, octubre 08, 2004

Maestros (y II)

Los maestros son una figura esencial en la vida y el desarrollo del niño.
Para que esta figura tenga éxito, es necesario que cuente con el siguiente factor:
- la colaboración entre padres y profesores

La situación ideal es que la comunicación fluya entre todas las partes: padres, profesores, y el niño. El niño comenta cosas de su profe en casa, comenta cosas de su mamá en el cole, y los padres y el profe se sientan juntos de vez en cuando para poner sobre la mesa lo que ambos conocen sobre la educación y el desarrollo del niño.

Y esto, que por obvio parece absurdo comentarlo, es algo que debe fallar muchas veces, según me cuentan.

El otro día una profesora me contaba cómo habló con unos padres sobre la excelencia de su hijo; los padres, prácticamente se ofendieron porque parecía que les dijeran que su hijo era un bicho raro.
Y otro día me comentaron cómo un profesor estaba harto de un alumno suyo, y pasaba olímpicamente de él; como los padres tampoco se preocupaban del niño, éste iba sumando conflictos y problemas en su vida escolar, incluso dañando a terceros.
Por no hablar de las reuniones de padres, de profesores con padres, o las actividades para padres. Según el niño va creciendo en edad, esas reuniones van perdiendo adeptos.
O la poca sensibilidad para esas reuniones. A veces, son todas las reuniones del colegio el mismo día a la misma hora. Si tienes dos hijos, los dos padres tendrán que tener la tarde libre (algo a veces difícil). Si tienes tres hijos, como es mi caso, ya por narices debes saltarte una reunión (o mandar a un abuelo y que te lo cuente).

O esos problemas que saltan a la luz (como el suicidio de un chaval allá en el País Vasco), y que denotan que no ha habido un verdadero interés y comunicación entre todos (entre el niño y sus educadores, lo primero).

Comunicación, colaboración, coordinación, consejos, aprendizaje en ser educador.

Con vuestro permiso, me atrevo a dar un consejo a los que leáis por aquí.
Preguntad, contad, hablad con los maestros de vuestros hijos. Aunque lo que vayas a preguntar o a decir parezca irrelevante, mantén una comunicación fluida con ellos.
Hay dos opciones:
- Si el maestro es buen educador, le gustará intercambiar información sobre el niño con vosotros, y todos saldréis ganando (el primero y principal, el propio niño).
- Si el maestro es mal educador, y le molesta y le parece una pérdida de tiempo hablar con vosotros, que se fastidie.
Por supuesto, si son los padres los que rechazan comunicarse con la escuela, es que los malos educadores son ellos mismos: los padres.

Gracias a Dios, yo no siento falta de comunicación con el colegio de mis hijos. Son muy pequeños, y en esas edades supongo que las maestras son por vocación (todos esos niños de cinco a tres años están para comérselos y tienen un fuerte encanto personal).
Pero en su momento lo sufrí con una guardería a la que iba mi hijo mayor. Aunque había más circunstancias en esa historia, la falta de comunicación con la guardería era todo un síntoma.